En la última década se han observado en América Latina cambios relevantes y avances significativos en la implementación de la energía fotovoltaica. El continente es una de las potencias que más ventaja competitiva obtiene de esta energía limpia de bajo coste y fácil acceso, gracias a sus elevados niveles de radiación solar. Una tecnología que aprovechan países como Chile, Colombia, Perú e incluso países de Centroamérica que apuestan por el uso del sol no únicamente para consumo privado, sino para diferentes ámbitos como la educación o la sanidad.
El líder indiscutible de esta revolución solar es Chile con elevadas inversiones en un marco jurídico sólido sobre todo para empresas nacionales y extranjeras. Datos de la web Energía Limpia XXI señalan que Chile ha invertido en siete años más de 7 millones en proyectos renovables que incluyen energía solar, eólica, hidroeléctrica y biomasa. Además, en el país la energía renovable es en estos momentos mucho más barata que la electricidad que se comercializa en el mercado.
Argentina por su lado, empezó mucho más tarde el salto a la revolución de las renovables y a promover el uso de esta fuente de energía entre sus ciudadanos. México en cambio, cuenta con una de las centrales solares más grandes del mundo, Aura Solar, la cual abrirá este año y generará electricidad suficiente para abastecer a millones de mexicanos. Es relevante destacar que esta planta solar, reducirá la contaminación de CO2 en 60 mil toneladas anuales.
El cambio es destacable también en países de Centroamérica como Panamá, El Salvador, Costa Rica, Guatamela y Nicaragua. En Panamá, la Secretaria Nacional de Energía Solar informó de la construcción de nueve parques solares a corto plazo y 31 empresas ya han participado en la primera licitación para la contratación de energía solar en el país. El gobierno de El Salvador junto con tres empresas eléctricas han firmado cuatro contratos para la producción y el suministro de esta energía. Costa Rica ya firmó en 2013 acuerdos con China para la financiación de paneles solares y este año el Instituto Costarricense de Electricidad puso de manifiesto su intención de hacer un plan piloto que suministre energía solar a 600 mil clientes. Un país que apuesta por las fuentes limpias y por reducir la contaminación ambiental mediante la implantación de proyectos solares.
Guatemala en cambio, cuenta ya con una de las mayores plantas fotovoltaicas de la región y pretende seguir invirtiendo en ello, concretamente, 12 millones de dolares en una planta solar de 8MW. Además, el sector hotelero investiga y apuesta por iniciativas renovables para generar energía con la radiación solar en sus negocios. Por su lado, los hospitales, universidades y supermercados de Nicaragua han instalado paneles solares y desde 2013 se están realizando estudios para la construcción de una gran planta de energía solar y para dotar a las zonas rurales de energía eléctrica gracias al uso de este fuente renovable.
El Perú está implantando también, el uso de la energía solar, queriendo llevar a zonas alejadas la energía solar gracias a proyectos del gobierno peruano con el que se instalaran más de 500 mil panales solares. Nos encontramos sin duda, ante mercados emergentes claves que aumentan cada año considerablemente sus inversiones energía limpia. Todo ello propiciado por una reducción global del 15% de los costos asociados a la energía solar y marcos de políticas de apoyo que incentivan la inversión en energías limpias.